viernes, 25 de enero de 2013

Todo el mundo miente

Una de las frases más populares del protagonista de mi serie favorita, a la cual da hasta el nombre; es precisamente la que da el título a este texto. "Todo el mundo miente", dice Gregory House.
Y verdaderamente, me he parado a pensar más de una vez sobre esto. ¿Es necesaria la mentira en la vida cotidiana?¿Ayuda en algún aspecto?¿O sólo es otra de nuestras erratas humanas aceptadas? Todos hemos aprendido a convivir con la mentira, la hemos usado cuando lo hemos creído conveniente, y lo han hecho con nosotros. Y quien lo niegue, miente.
Toda persona habida y por haber ha contado, como mínimo, una cosa en su vida que no es totalmente cierta. Tal vez fuera por evitar un mal hacia su persona, o hacia algún conocido o familiar, los motivos son totalmente irrelevantes. Una mentira, creada por lo que sea, es una mentira.
Son tan comunes que a veces ni nos damos cuenta de que están ahí. Cada día se pueden escuchar en la calle, en las viviendas, en los lugares de trabajo, en los centros educativos... Nadie se libra. A veces son mentiras dichas a propósito, sarcásticamente. En ocasiones, se utiliza la verdad para convertirla en una mentira mediante la ironía.
Muchas veces, mentir sale más caro que decir la verdad. Cuando la falsa veracidad de lo contado se descubre, se producen dos reacciones en la persona engañada: tristeza y desconfianza. La tristeza es más que obvia, al fin y al cabo la verdad que viene tras la mentira no suele ser agradable; la desconfianza es la consecuencia más lógica a la hora de tratar con alguien que sabes que te ha mentido.
Por supuesto, también hay ocasiones en las que sale bien la jugada. Esto es cosa de probabilidades, 50-50% si sabes controlar la situación. Si tu conciencia te da remordimientos, pero aun así sigues mintiendo, el porcentaje va inclinándose en tu contra, haciendo más difícil tu objetivo de salir impune de algo. No doy cifras exactas porque no soy quien para hacerlo, no he realizado ningún estudio ni tengo ningún título que me acredite para poder hacer uno oficialmente.
Realmente me gustaría saber como sería la vida si no existiera la mentira. Si solo se pudiera ver la dulce -o cruda- realidad. Creo que habría muchos trabajos que no existirían, o al menos no se desempeñarían tal y como se hace ahora. Por ejemplo, el perfil del político cambiaría totalmente, sería lo que ahora mismo debería ser y necesita el pueblo, alguien fiable y que se enfrenta de cara a las adversidades, con el objeto de conseguir y mantener el bienestar del pueblo.
Probemos a estar un mes de nuestra vida sin mentir absolutamente en nada, a ver los resultados que obtenemos...

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