domingo, 31 de marzo de 2013

Feliz día del indignado

Todo buen acontecimiento no es bueno si no empieza con un traspiés. Ya sea un partido de fútbol, un concierto o unas vacaciones. El mundo se pone de acuerdo para hacerte la vida imposible esas primeras horas de disfrute, y tú tienes que aguantarlo de la mejor manera posible.
Yo soy una persona que necesita apoyo en todo momento. Y ya que ahora mismo mis amigos siguen en el instituto, están a 300 km o las dos cosas a la vez... pues sólo me quedas tú, querid@ lector/a. Ya sabes, para las buenas, ¡y las malas!
¡Empezamos! El otro día en Twitter, andaba yo carente de inspiración para escribir una entrada, a pesar de que me apetecía hacerlo no tenía idea de qué temática redactar un texto. Por lo que pedí ayuda a mis queridos seguidores, que de 190 en total me suelen responder unos... 8 como demasiado. En esta ocasión, uno de esos ocho personajes tuitteros guays me respondió, aunque ese día no me encontraba tan indignado como hoy... Mirad el recadito que me dejó una de mis buenas amistades morachas:
¡Para qué quieres más! Elena no sabe dónde vive el escritor de este blog. En Twitter ya me he acostumbrado a hablar de mi pueblo como "Mierdansa", del apego y amor que tengo a este pueblo grande aspirante a ñordo urbano. Aquí todo el mundo se cree mejor que el resto. Piensan que vivimos en una capital, cuando nuestro "centro comercial" posee tan sólo una planta, con la mitad de locales cerrados, y la tienda más parecida a un centro de ciudad que hay es Inside. La gente es egocéntrica, sales un sábado noche y te miran por encima del hombro porque ellos están en la cima DE LA MUGRE.
Todos esos guays, la "jet-set", o "la plebe" como les llamo yo muy cariñosamente, no son mas que criajos que compran ropa cada 3X2 para aparentar ser lo que NO son, pisan más los garitos o los pubs que sus propias casas. Como se dice por ahí, "Dios los cría y ellos se juntan". Es imposible acudir a un botellón, y que el típico grupito de "populacho comarcal" no se te quede mirando de arriba a abajo, poniéndote verde a las espaldas, criticando cada acción y repasando todos los momentos menos acertados de tu vida.
Tal vez, tenga el honor de recibir algún componente de "la plebe" por estos lares, y pensará: "envidia, envidia pura y dura". NO. Esto no es envidia, es puro asco. Asco de la gente que se cree el centro del mundo, que te critica y sentencia incluso antes de conocerte, tan sólo por las pintas que lleves o por lo que se ha enterado por ahí de oídas. Superficiales hipócritas, cuándo os daréis cuenta de quienes sois, y dónde vivís.
Se que suena un poco achonizado, pero ahí va un recado:

"Antes de criticarme, moléstate en conocerme".


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