domingo, 3 de marzo de 2013

What did you expect?

¿Qué espera el mundo de mí? ¿Y a cambio de qué? O mejor aún... ¿Qué espero YO del mundo? Ni de eso tengo pajolera idea.
Todos hacemos algo con una finalidad lucrativa, ya sea para beneficiar nuestro bolsillo, nuestra imagen para la sociedad o nuestra propia conciencia. Da igual que sea la mayor idiotez del mundo, como escuchar una canción cualquiera que nos guste. El caso es que esa canción nos alegre, nos anime en los malos momentos, nos ayude a ser felices.
A cuenta personal, yo sí se lo que me hace feliz por ahora, pero no lo consigue completamente. La música es para mí como la vicodina para Gregory House, una medicina que hace desaparecer los síntomas pero no la enfermedad. Un remedio que me hace olvidar por momentos eso que en muchas ocasiones me duele, me desquicia. Y al parecer, ni el personaje de mi serie favorita, ni yo mismo tenemos cura. O por lo menos, eso considero sobre mi caso.
Mucha gente me repite miles de veces que me de cuenta de la edad que tengo, que aún me queda mucho por vivir y esto no es nada. Tal vez no sea tanto comparado con lo que resta de mi vida, pero en estos momentos se hace muy pesado, y más mirando a mi alrededor y viendo como el mundo avanza mientras yo me quedo parado. Esto es un maldito círculo vicioso del que no podré salir a menos que concentre el coraje necesario para detener ese ciclo. Pero para concentrarlo, necesito que algo ocurra. Y ese algo no ocurrirá a menos que yo no cambie mi actitud, y concentre el coraje. Y así sucesivamente, tal y como decía.
Lo más gracioso es que soy totalmente consciente de ello, pero no hago nada porque no me da la gana. Maldito vago de mierda, ¡muévete de una vez!

2 comentarios:

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