viernes, 22 de febrero de 2013

¿De quién nos podemos fiar?

Cada cuatro años, los españoles acudimos orgullosos a los colegios electorales, a echar un sobre en una urna con el cual damos nuestro voto de confianza a uno de los inútiles aspirantes a Rey del Mambo. De todos los políticos líderes de sus respectivos partidos, no hay ni uno que tenga la suficiente honestidad de admitir que están ahí para mantener la cartilla del banco con varios ceros a la derecha. Tal vez ni les guste la actividad política, ni hayan sabido de una ley en su puta vida, pero ahí los tenemos. "Nuestros representantes". Esas 500 personas repartidas entre Congreso de los Diputados y Senado deciden lo que creen que es mejor para los casi 50 millones de habitantes que vivimos en esta birria llamada España. Ellos son la supuesta voz de nuestra voluntad, y hacen todo lo que nosotros queremos, o eso dicen.
Para colmo, además de estar el gobierno central con su medio millar de incompetentes a cargo y sueldo del Estado (vamos, que lo pagan nuestros padres con su paga mensual), hay corporaciones gubernamentales que se preocupan de administrar el país por comunidades autónomas, por provincias y hasta por ciudades. Por si no había suficientes chorizos a nuestro cargo, añadamos unos cuantos más para que puedan vivir del cuento a nuestra costa, claro que si. Paguemos sus sueldos, sus viajes, sus coches oficiales, sus chalets y sus errores en el mandato, seamos idiotas integrales aunque sólo sea por un día más. Total, ya se han aprovechado todo lo que han podido, nos permitiremos el lujo de dejarles un poco más de margen para el choriceo hasta que ya creamos que la salvajada ha aumentado lo suficiente.
Estamos en el sitio donde hasta el presidente del gobierno tiene la cartilla sucia por presuntos sobresueldos que tuvo cuando no era el Rey del Mambo. Además de chorizo, mentiroso, puesto que todo de lo que se le acusa por la sociedad lo niega tajantemente. Y para mejorar todavía mas el asunto, afirma tan orgulloso que dimitir sería lo último que haría. Vergüenza es lo que le falta al no salir pitando de aquí con el rabo entre las patas, y también lo que nos falta a nosotros por no hacer nada al respecto. Centramos nuestra atención en los medios de comunicación como nunca habíamos hecho, esperando enterarnos de lo que realmente pasa. Algunos se "movilizan" manifestándose... No soy quien para decir esto, pero con una bala entre ceja y ceja se acabaría mucho antes toda esta miseria. Para que el resto de políticos escarmienten y sepan a lo que se enfrentan en caso de tener más cara que espalda.
Si tiene que ocurrir algo para que la situación mejore, yo soy el primero que lo apoyará incondicionalmente.

Boikot - Tierra quemada

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