sábado, 22 de diciembre de 2012

Las verdades de los borrachos

Existe cierto mito que circula por ahí, cierta frase que parece albergar la verdad con sólo escucharla. Dice así: "Los únicos que siempre dicen la verdad son los niños y los borrachos". 
Pues bien, dedico esta entrada a aquella persona que pensara esa frase por primera vez, y la divulgara por el mundo como si una cita de Séneca se tratara. ¿Por qué?, se preguntará el perdido lector que llegue a leer estas bochornosas lineas.  Pues porque ayer ocurrió un hecho que lo corrobora con creces, que me hizo abrir los ojos y ver que no todo el monte es orgasmo (Se perfectamente lo que digo). Porque la promesa de una persona sobria no se cumplió mientras estaba ebria, lo que significa que verdaderamente NO quería cumplir esa promesa.
Los errores existen para aprender de ellos, y no volver a cometerlos. Voy a aplicarme ese cuento, voy a bajar, de una vez por todas, de la nube en la que me encontraba viviendo a cuerpo de rey para volver a la realidad. No me arrepiento de nada, no quiero que esa persona se arrepienta de nada, al menos, no cada uno por sí sólo, si no los dos en conjunto. Porque aquí, o follamos todos, o la puta al río.
Sólo me arrepiento de seguir siendo un maldito inmaduro...

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