Creo que ya toca venir a dar un poco por saco con mis chismes tras un descanso más largo de lo normal. Mil perdones por si había algún lector habitual -algo que dudo de sobremanera- pero ha sido un verano un tanto raro y vago a la vez.
Entre tanto viernes de cerveza y sábado de ron-cola, no he hecho nada de gran relevancia este verano. Han tocado cuatro visitas contadas a las piscinas municipales, una a la playa (aunque para ser un día sólo, la verdad es que dio para mucho...), y bueno, la visita de mi gran amigo moracho, que eso sí es lo único que cabe destacar de estos dos meses de verano que llevo. He descubierto mi amor por la cerveza Budweiser, que es igual que la música, sólo que este ya no se puede conseguir ilegalmente por Internet.
Musicalmente hablando, el verano tampoco ha sido muy productivo: la guitarra eléctrica la tengo un poco abandonada, pero aun así ha habido algún día que he practicado unas cuantas canciones de System of a Down; además, me he dedicado a buscar más grupos de música que añadir a mi biblioteca particular, y han aparecido Bullet for my Valentine, Nonpoint, Five Finger Death Punch, Ill Nino y Soil.
Por lo demás, en temas personales voy igual que siempre, no aprendo. Una historia imposible, otra que lo parece... Yo creo que hasta me estoy cansando de que pase una y otra vez, pero me es totalmente inevitable. Supongo que algún día me cansaré definitivamente, o me haré ipsofílico.
Y nada más, me parece que el tostón está más que dado, ya que a nadie le interesa mi vida, pero aun así la cuento porque me apetece. Espero y deseo publicar algo más a partir de ahora, pero no prometo nada, porque solo depende de mí al 50%. Abrazos, y aquí os dejo una recomendación musical.
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